Basta con echar una simple mirada a lo largo de la Historia para darse cuenta de la profunda influencia que la Iglesia ha ejercido y ejerce en materia de educación y de enseñanza. En estas líneas nos proponemos analizar a grandes rasgos las directrices marcadas por los Pontífices al quehacer educativo, desde los comienzos del siglo XIX, impregnados del romanticismo racionalista y del idealismo kantiano, hasta nuestros días, donde en el campo del pensar y de la acción se da una actitud muy diferente a la del pasado siglo, en virtud de nuevas concepciones del hombre, del mundo y de Dios. Al surgir de estas nuevas direcciones del pensar, salió siempre la voz autorizada de los Pontífices, poniendo al descubierto sus vicios y sus posibles vir...