Trabajadores rurales indocumentados de Tamaulipas en la agricultura de Estados Unidos

\ua0 \ua0 Desde finales del siglo XIX, los empresarios agrarios estadounidenses han buscado incrementar la rentabilidad de sus explotaciones a través del empleo de mano de obra foránea, disciplinada y no sindicalizada. Un siglo de políticas de criminalización de la inmigración ilegal y permisión del empleo de mano de obra indocumentada han generado un mercado laboral agrario extremadamente irregular. Más de la mitad de los trabajadores empleados en la agricultura estadounidense son indocuemtnados e hicieron uso de documentación fraudulenta para obtener su empleo.\ua0 \ua0 El cruce fronterizo subrepticio de jornaleros tamaulipecos aparece propiciado tanto por factores intervinientes erguidos del lado de la oferta laboral (crisis del sector agrario, subempleo, desempleo e influencia de las redes migratorias) como por factores que actúan del lado de la demanda. Sin el incentivo pro-activo (subvencionando el tráfico de ilegales) o pasivo (dando empleo a trabajadores cuyos nombres y números de Seguridad Social no concuerdan con los datos del Servicio de Verificación de Enumeración de la SSA) de los empleadores, este flujo migratorio sería mucho menor.\ua0 \ua0 La emigración ha contribuido a una mejora de la economía rural tamaulipeca; pero ha creado una dependencia. La emigración genera más emigración, que se sostiene a través de las redes migratorias tejidas. Las remesas deben ser renovadas periódicamente por medio de la emigración encadenada de diferentes generaciones. Así, el medio de subsistencia de los hijos termina imitando el modo del padre: la emigración internacional irregular, con el sinnúmero de miserias y dificultades que acarrea cruzar la frontera y permanecer sin documentos en Estados Unidos