Los caminos de tierra adentro del suroeste novohispano y el comercio de la Nao de China en el siglo XVI

La conquista y colonización de América se realizó paulatinamente a lo largo de muchas décadas, durante las cuales, se fueron estableciendo ciudades y fundaciones, rutas de comercio y de comunicación, y puertos, que eran el nexo con otras regiones, cercanas y distantes, y con la metrópoli española, allende el Atlántico. Es importante contextualizar el entramado de redes políticas que en ese momento propiciaron la aventura, la serie de coincidencias y circunstancias históricas irrepetibles que abrieron la coyuntura para que unas mentes visionarias arrancaran rumbo a lo desconocido con una corazonada impetuosa. La exploración y reconocimiento del Océano Pacífico jugó un papel determinante en el periodo colonial. Durante el siglo XVI, desde los viajes de los portugueses Vasco de Gama y Fernando de Magallanes, hasta los de los guipuzcoanos Miguel López de Legazpi y Andrés de Urdaneta, se registrarían las características de este enorme Océano para considerarlas en viajes sucesivos. Cuando valiéndose de los vientos Contralisios del Pacífico norte Urdaneta encontró la ruta del tornaviaje de Filipinas a la Nueva España, marcó el camino que durante siglos recorrerían las Naos y galeones entre Acapulco y el sureste asiático, proporcionando un intercambio comercial y cultural extraordinario entre dos regiones lejanas y distintas El establecimiento de la ruta Filipinas- Acapulco- México - Veracruz- Sevilla es quizá el principio de lo que hoy llamamos ¨globalización ¨ porque enlazó a tres continentes y abarcó en su travesía, más de medio planeta. La epopeya del fraile Andrés de Urdaneta se ha visto un poco opacada por la de otros exploradores mucho más conocidos como Colón, Magallanes y Vasco da Gamma, que con el descubrimiento de América, la ruta de una vuelta completa al mundo y el enlace de Europa- Africa- Asia respectivamente, lograron hazañas espectaculares. Sin embargo, a nivel histórico y en sus repercusiones sociales, comerciales y culturales, la proeza de Urdaneta y sus colaboradores tiene méritos de la misma altura que la de otros expedicionarios. El logro necio y apasionado de Urdaneta, fue el que posibilitó el sueño, el famoso sueño de obtener los productos asiáticos a través de una amplia travesía que por sí misma tiene dimensiones mundiales y no sólo contribuyó a la riqueza española sino también a un posterior planeta bien comunicado. Este trabajo los invita en parte a pensar las cosas desde la perspectiva y la circunstancia histórica de los personajes; primero, los protagónicos: la fantasía de un monarca español para ¨conquistar el mundo ¨, la decisión visionaria de Urdaneta para aferrarse a una intuición necia para insistir que navegando al norte podía encontrar el cauce natural de las corrientes marinas y establecer el viaje de ¨tornavuelta ¨