EL ANÁLISIS DE RIESGO EN EL COMERCIO EXTERIOR DE PRODUCTOS AGRÍCOLAS EN MICHOACÁN: EL CASO DEL LIMÓN Y LA MANZANA

En los últimos años el Mundo se ha visto afectado por el cambio climático -atribuido en parte a la acción del ser humano-, el alto costo de los energéticos (especialmente del petróleo) y de los alimentos así como por una caída global en el sector financiero. A ese conjunto de eventos desfavorables se le ha catalogado como crisis que pueden resumirse en cuatro categorías: ambiental, energética, alimentaria y económica. Indudablemente las cuatro crisis son importantes quizá en la misma medida, sin embargo, pareciera que la económica es la que actualmente ocupa el centro de atención -probablemente por ser la más reciente-. La crisis financiera es parte de la crisis económica, la cual se considera que fue iniciada por el colapso del sector inmobiliario estadounidense en 2006, pero comenzó a percibirse de forma significativa a partir del desplome del sistema financiero norteamericano en 2008 que a su vez contagió al internacional derivando en los derrumbes bursátiles de enero y octubre del mismo año, lo que en el caso de México se tradujo una drástica caída del peso. Las crisis económicas y financieras que se han presentado a lo largo de la historia contemporánea advierten de los riesgos existentes en una economía de mercado, particularmente cuando se encuentra en desarrollo. Basta recordar la década de 1990 en la que varios países y regiones del mundo se vieron afectados ante estos fenómenos económicos: la caída del peso mexicano en 1994, la crisis financiera asiática en 1997, la crisis por moratoria en Rusia en 1998, la devaluación en Brasil en 1999 o la crisis en Argentina, en 2001, todas ellas economías emergentes, las cuales son más susceptibles a sufrir colapsos financieros. Un colapso financiero es particularmente serios en un país con altos niveles de endeudamiento en moneda extranjera pues puede inducir a quebrantos bancarios o del sector productivo, por ejemplo, tenemos el caso de Comercial Mexicana, empresa que además de financiarse en dólares, lo hizo a través de productos derivados que no pudieron ser pagados en el momento de la devaluación de octubre de 2008, ante la demanda de pago de los acreedores