EL NUEVO ENFOQUE DEL EXTENSIONISMO EN MEXICO

El sector agropecuario y la sociedad rural en general, enfrentan problemas que por su antigüedad, magnitud y dimensión superan a las contrapartes sectoriales y urbanas. El campo mexicano se caracteriza por una amplia heterogeneidad productiva; una grave polarización social, un crecimiento sectorial inferior a la tasa de crecimiento demográfico, una pronunciada dispersión de la población y un marcado deterioro de sus recursos naturales. Hoy como nunca, el imperativo del sector es ajustarse a un nuevo entorno macroeconómico e institucional, derivado de profundas reformas, donde se incluyen: modificaciones al marco legal, desregulación de los procesos productivos, reestructuración del aparato estatal y la apertura de espacios a la sociedad rural en acciones y servicios que antes fueron competencia del sector público; ciertamente el modelo de desarrollo agropecuario de las últimas décadas no responde ya a las demandas y potencialidades de la sociedad rural. 1.1.- Antecedentes. A partir de 1996 el sector agropecuario tiende a sufrir un gran cambio específicamente se puede decir que en el renglón de lo que son los apoyos para este sector; con la implementación del programa llamado ALIANZA PARA EL CAMPO; al parecer con la idea de que los productores tengan acceso a nuevas tecnologías, puedan capitalizarlo, a si como se capitalicen también los recursos humanos. La SAGAR parte de una concepción del desarrollo rural, entendido como la conjunción de esfuerzos, programas y políticas de la sociedad civil y de los tres niveles de gobierno, para lograr una mejor calidad de vida, una mayor capacidad de gestión y un mejor ambiente físico para los habitantes de las zonas rurales, a fin de contribuir a un mayor desarrollo y dignidad humana. En este contexto y como producto del trabajo deliberativo, integral, incluyente y participativo de las organizaciones de productores se suscribió la ALIANZA PARA EL CAMPO que considera acciones y apoyos fiscales dirigidos resolver rezagos productivos regionales y concretar potencialidades; la Alianza para el Campo orienta sus acciones a la promoción de la producción y productividad en un marco de libre decisión de los productores, utilizando tres medios principales: acceso a mejores tecnologías, fomento a la economía y capitalización de los recursos humanos