Investigando la investigación: Un proceso reflexivo desde nosotras mismas

Cuando se inicia la etapa escolar existen varias palabras que causan mella en nosotros, algunas son para bien, otras que no nos gustan mucho y desearíamos no escucharlas, así como otras que nos encantaran como suenan, pero habrá algunas que nos demandarán sacrificios, luchas, errores, triunfos, desengaños, etc., pero nos enseñaran a enfrentar y sacar adelante situaciones que se nos presentarán en el futuro, es decir, nos prepararan. Una de ellas sin duda es la palabra “investigación”, ya que inmediatamente cuando la escuchamos sabemos que debemos enfrentar varias cosas y resolver otras (claro que el grado de dificultad dependería del nivel en el que te encuentres) pero independientemente de eso sabes que implicaba muchos factores y que el resultado de la misma te dejara mucho más que los resultados que mostraras a tus profesores, asesores, académicos o aquel que te guié en ese proceso. Cuando gran parte de tus proyectos dependen de esa palabra como es “investigación”, adquiere un significado aún más grande, no sólo por el hecho de querer realizar una “investigación” donde se demuestre que tan bien estas preparado para realizarla y por ende obtener un buen resultado, sino que además pretendes cerrar un ciclo con broche de oro y así comenzar algo nuevo. Si nos preguntaban si estábamos preparadas para realizar una investigación y nos basábamos en experiencias anteriores la respuesta sería que si, ya que según nosotras únicamente teníamos que seguir un patrón y bueno o malo llegaríamos a un resultado, así que si, sí sabíamos realizar investigaciones