Formación y desarrollo del ejido de Apeo, municipio de Maravatio, Michoacán, 1910-2000

La cuestión agraria mexicana ha recobrado vigencia aún con mayor fuerza respecto de otras coyunturas históricas a raíz de las reformas constitucionales de principios de los años noventa del siglo pasado, con lo que se posibilita la desintegración de las formas de posesión y usufructo colectivo de la tierra, una de cuyas instituciones más importantes es sin duda alguna el ejido. Es por ello que la necesidad de llevar a cabos estudios integrales sobre la evaluación histórica de la Reforma Agraria se constituye en algo impostergable, pues pareciera que los procesos de privatización que se desarrollan en las zonas rurales de México perfilaran desde ahora formas de desigualdad social y de pobreza generalizada, que se consideran hasta hace poco en el discurso gubernamental como ampliamente superadas. Los retos que presentan estos escenarios genéricos en torno al futuro del agro nacional, estatal y regional, nos mueven a llevar a cabo una revisión integral de lo que fue el proceso histórico de la Reforma Agraria, con el objeto de precisar a través de estudios de larga temporalidad y de caso las fortalezas y vulnerabilidades bajo las cuales se construyó la institución más importante del país en el medio rural, como fue el caso del ejido, con lo que se concretó a partir de la promulgación de la Constitución General de la República de 1917 la justicia social, por la que pugnaron por mucho tiempo amplios sectores de la población campesina del país, tanto para reivindicar las usurpaciones de las tierras efectuadas en tiempos históricos por haciendas y ranchos, como para acceder por primera ocasión a la plena propiedad y disfrute legitimo de ésta