El concepto de seguridad en Thomas Hobbes: la seguridad frente a la libertad

Es un lugar común presentar a Thomas Hobbes como un filósofo que postuló y defendió a capa y espada la conformación de un gobierno totalitario, cuya justificación y finalidad será el brindar seguridad a los súbditos; planteamiento que escandaliza y hace que algunos invoquen las ideas de democracia y libertad como imágenes protectoras ante el demonio del totalitarismo que podría llevar a la ruina a toda comunidad política. Pero, más allá de las disertaciones que se elaboren en torno a la veracidad de ubicar o no un totalitarista en Hobbes, a partir de la lectura del Leviatán o la materia, forma y poder de una república, eclesiástica y civil (París, 1651) -considerada su obra cumbre- queda claro que la principal preocupación de Hobbes fue unificar el poder bajo una sola potestad, capaz de organizar políticamente a los individuos, brindándoles seguridad y protección. Aunque Thomas Hobbes resulta un pensador ampliamente conocido, vale la pena recordar algunos aspectos de su biografía, lo que permite comprender mejor su posición de defensa de la autoridad del Estado frente al caos imperante cuando los individuos no se someten a una potestad que los limite y discipline en sus pasiones, deseos y ambiciones. Hobbes (1588-1679) nació en Westport, Malmesbury, en Inglaterra. Desde niño recibió una esmerada instrucción que a la larga le permitió convertirse en preceptor de los hijos de notables hombres de su época, como Lord William Cavendish, conde de Devonshire, con quien trabajó a lo largo de dos décadas y gracias a quien pudo realizar varios viajes a la Europa continental, lo que le permitió conocer y relacionarse con eminentes filósofos y científicos que fueron sus contemporáneos, tales como Galileo Galilei y René Descartes, siendo probablemente éste último