Cuitzeo un pueblo de frontera: El convento de Santa maría Magdalena y Los Agustinos en Michoacán, siglo XVI.

Con el descubrimiento de América se otorgaron facultades al rey Carlos V, por los Papas Adriano VI y Alejandro VI, para destinar misioneros que en los nuevos territorios ejercieran “la conversión y aprovechamiento de los indios”.1 Las primeras órdenes de religiosos que llegaron al nuevo continente, franciscanos, dominicos y agustinos -por su formación moral, universitaria e idealismo religioso- fueron una pieza clave en el proceso de evangelización y como transmisores de la cultura religiosa occidental cristiana a los pueblos recién conquistados.2 Es por ello que la construcción de los conventos religiosos hasta nuestros días es una huella palpable del paso de los misioneros por el obispado de Michoacán. Los primeros religiosos que participaron en la colonización de México a través de la evangelización fueron los franciscanos quienes zarparon en San Juan de Ulúa el 13 de mayo de 1524.3 A Michoacán según dicen las crónicas arribaron invitados por Caltzontzin -señor de Michoacán- en 1525.4 Los dominicos por su parte pisaron estas mismas en el mes de julio de 1526. Los agustinos llegaron a México el año de 1533 y a Michoacán en junio de 1537