Al valor le es esencial el orden jerárquico. Es una intrínseca exigencia su ordenación preferencial. El mundo del valor es un mundo en relieve, no horizontal. Elegir es anteponer unos valores a otros, es decidirse por, alguno. Preferir ser ingeniero o abogado, cumplir fielmente con mis deberes o violarlos cuando me ampara la impunidad decidirme por un tipo de espectáculo u otro es estar anteponiendo o posponiendo determinados valores y ejercitar nuestra personal escala. Nadie escapa a esta necesidad de resolverse por una determinada jerarquía. Cada pueblo ha definido su perfil en la historia por los valores que ha colocado en la cima y por los que ha dejado en segundo plano. Y también por los que ha despreciado. Eduardo Spranger en "Formas ...