Me gustaría dedicar mis primeras palabras a glosar la figura de don Antonio Fontán, al maestro, al amigo, a la referencia paradigmática e inexcusable del liberalismo político español en gran parte de la segunda mitad del siglo XX. La influencia de don Antonio, ha sido muy relevante, tanto en la vida pública de nuestro país, en el ámbito de las ideas y los grupos liberales y, muy especialmente, entre los que un día fuimos jóvenes y continuamos siendo liberales. Recibimos a través de largas y lúcidas conversaciones y del impulso a la participación activa y temprana en la acción política lecciones inolvidables y privilegiadas que tanto nos han ayudado en la política y en la vida