No cabe duda que el siglo XXI será urbano. En 2030 más de la mitad de la población mundial vivirá en una ciudad multipolar, fragmentada, colmada de redes e inserta en los círculos mundiales, una ciudad autónoma e inquieta por la destrucción ecológica, que enfrentará nuevos problemas sociales provenientes del múltiple cruce de grupos e individuos aún desarraigados y empobrecidos… Los límites de la ciudad se harán borrosos y mostrarán a una ciudad de línea continua, de flujos y espacios convenientes para los proyectos globales de sistemas económicos que inventarán nuevas formas para una explotación que se vuelva natural, gracias a una dispersión de actividades que favorezcan las diferencias sociales. Este fenómeno de las metrópolis nos abre h...