Quienes nunca se han tendido en el diván de un analista suelen preguntarse qué es lo que sucede en esas famosas sesiones a las que tres o cuatro veces por semana acuden puntualmente hombres y mujeres en busca de una solución a los problemas de su existencia. Muchos no se limitan a preguntárselo, sino que llegan a elaborar una imagen del psicoanálisis fundada a menudo sobre suposiciones que desvirtúan —o aún contradicen— la verdadera realidad de este método terapéutico. Así se piensa a veces q..