Conjunto Musicámara, orquesta de cámara (Colombia)

Concierto celebrado por el Conjunto Musicámara en el que se interpretaron obras del post-romanticismo de compositores como Antonin Dvorak, César Franck y Johannes Brahms.illlllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll Junio 1 O de 1990- 11:00 a.m. CICLO DE CONCIERTOS DIDAC.TICOS MES DEL ARTISTA COLOMBIANO EN LA LUIS-ANGEL ARANGO BANCO DE LA REPUBLICA BIBLIOTECA LUIS-ANGEL ARANGO Sala de Conciertos Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Ciclo de Conciertos Didácticos "LA MUSICA PARA LA JUVENTUD" MES DEL ARTISTA COLOMBIANO EN LA LUIS-ANGEL ARANGO Historia viva de la música Tema: "El Post-Romanticismo: Música de Cámara" Conjunto Musicámara Colombia Jairo Peña - Clarinete Mario Díaz Mendoza- Violín Ernesto Díaz Mendoza - Violoncello Helvia Mendoza - Piano Junio 1 O de 1990- 11:00 a.m. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. INTRODUCCIOI\t DEL CANTO GREGORIANO AL SIGLO XX La Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis-Angel Arango del Banco de la República ha organizado para el primer semestre de 1990 una serie de dieciséis conciertos didácticos que tendrán lugar los días domingos a las once de la mañana. En ellos se tratará de ofrecer una visión coherente de la historia de la música de cámara, desde el Canto Gregoriano hasta el siglo XX, mediante audiciones cuidado­samente seleccionadas, a cargo de los mejores músicos del medio y comentadas por profesores de reconocida trayectoria universitaria. El panorama general del ciclo es el siguiente: LA EDAD MEDIA (s. V a XIII d. C.) -- La primera gran manifestación del arte musical en la cultura cristiana occidental es el Canto Llano, la música oficial de la iglesia, llamado posteriormente, y con cierta impropiedad, Canto Grego­riano, por el Papa Gregario Magno (590-604). Música refinada y sabia, heredera tanto del canto judío como de la teoría matemático­musical de los griegos, forma en el transcurso de más de diez siglos uno de los monumentos más sólidos del arte de Occidente. Aliado del canto eclesiástico figura -como es obligado en todas las épo­cas y lugares- una música profana que, en la Edad Media, va desde el arte popular de los juglares, hasta el muy elaborado de los trova­dores en lengua de "oc" del sur de Francia y sus émulos en lengua de "oiT' en el norte y sus derivados en Alemania, los "Minnesi nger", y en España, donde se redacta esa obra cimera que son las Cantigas de Santa María del rey de Castilla y León don Alfonso X, llamado "El Sabio". EL RENACIMIENTO (1300 a 1600) Los tres siglos que constituyen el Renacimiento en Europa ven florecer en el arte musical la polifonía. Aunque ya desde siglos atrás (tal vez desde el año 800) había comenzado a surgir la práctica de cantar varias melodías diferentes en forma simultánea (tanto la música judía como griega y romana, como el canto gregoriano y el de trovadores y troveros era música exclusivamente monotónica (a una sola voz) tal vez por influencia celta, la polifonía se impone definitivamente en todo el ámbito cultural europeo, con el Ars Anti­qua de París y el Ars Nova de Francia e Italia y llega a su plena madurez en el siglo XV con las Escuelas Franco-Flamencas o Bor­goñonas: Dufay, Binchois, Josquin, etc. La influencia de los flamen­cos, por obvias razones políticas, es muy fuerte en España donde surgen los riquísimos cancioneros y músicos de primera línea como Juan del Encina. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. En Italia tenemos la Edad de Oro de la Polifonía, con los Gabrieli en Venecia, Palestrina en Roma, Marenzio y el turbulento príncipe Gesualdo en Venosa, ya en el siglo XVI. Al mismo tiempo, en la brillante corte de Isabel 1 de Inglaterra florecen John Dowland, Orlando Gibbons, Thomas Morley y otros. La canción polifónica francesa cuenta también con nombres ilustres como el cosmopolita Orlando di Lasso (Roland Lassus), Costeley, Claude Le Jeune y el muy pintoresco Clement Jannequin. EL BARROCO (1600-1750) El espíritu suntuoso del Barroco (la palabra en su grafía correcta "BAROCO" era una de las formas del silogismo y se aplicó en forma peyorativa a este arte que parecía a muchos extravagante, complicado y confuso) y su predilección por los contrastes, el dramatismo, el claroscuro, el movimiento arrebatado, se manifestó en música en muy diversas formas, muchas de ellas contradictorias. Simplificando al máximo, puede anotarse que se observa un auge extraordinario de la música puramente instrumental. La participa­ción de los instrumentos en la gran música había sido muy tímida en los períodos precedentes, eminentemente vocales. La perfección en la fabricación de instrumentos, especialmente de cuerda frotada con arco y de teclado, claves y órganos, hace posible el real naci­miento de la música instrumental europea en este momento. En el terreno del teclado brillan en Italia Frescobaldi y Pasquini y, al final del período, Doménico Scarlatti; en Francia, Champion de Cham­bonnieres, Fran~ois Couperin, "Le Grand", y el gran teórico, ade­más compositor de óperas, Jean-Philippe Rameau. Corelli crea, con golpe de genio, dos géneros fundamentales que viven hasta hoy: la sonata y el concierto. Lo siguen en este campo Geminiani, Torelli y Vivaldi, Purcell, Telemann, Haendel y Bach. Obviamente Bach llena con su inmensa figura todo el final del período. Y, al comienzo del mismo, justamente en el año de 1600, nace en el seno de un grupo de intelectuales de Florencia, "la camerata fiorentina", otro de los géneros que perdura hasta hoy: la ópera. Y a su lado, en el campo religioso, el oratorio. La primera ópera, "experimental" como se diría hoy, "Eurídice" de Peri tendrá un recuerdo, así como el primer oratorio: la "Rappresentazione di Anima e di. Corpo" de Emilio dei Cavalieri. Recién nacido el siglo (en 1607) ya tendremos la primera obra maestra del género operático: el "Orfeo" de Claudia Monte­verdi. EL CLASICISMO (1750-1827) Con la muerte de Bach (1750) coincide la aparición de nuevas tendencias musicales, sobre todo en Alemania y Austria. Tras la complejidad de las fugas bachianas, los compositores y el público quieren algo más simple y más amable, o si se quiere, más frívolo: aparece entonces el "stile galante", como se dijo. El movimiento de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. la escuela de Mannheim y los propios hijos de Bach, especialmente Carl Philipp Emmanuel y Johann Christian, ponen las bases de la orquesta sinfónica moderna y se impone poco a poco la nueva textura homofónica, o de la melodía acompañada, que viene a susti­tuir a la importancia igual de las voces en la escritura polifónica. La segunda mitad del siglo XVIII la llenan las primeras figuras de Franz Joseph Haydn, quien acuña definitivamente las fértiles formas del cuarteto de cuerdas y la sinfonía, y Wolfgang Amadeus Mozart, quien en su colosal obra perfecta, deja al lado de sus óperas, con­ciertos y sinfonías, fina música de cámara. Al final del período, "a caballo" entre los dos s'ig los (1770-1827), Ludwig van Beethoven ocupa un lugar señero en la historia del arte occidental. EL ROMANTICISMO (1830-1870) Desde fines de·l siglo XVIII comienzan a aparecer nuevas tendencias en las artes y la literatura: el predominio de lo subjetivo sobre lo objetivo, de la sensibilidad y de la fantasía sobre el reinado de la razón, de lo "dionisíaco sobre lo apolíneo", según la concepción de Nietsche. Pero sólo a partir de 1830, fecha del "Hernani" de Víctor Hugo, se consolidan los ideales "románticos", por lo demás .muy variados y hasta contradictorios. En el terreno musical, las grandes formas, con las sinfonías programáticas de Berlioz, la ópera de Bellini y Verdi y el drama musical wagneriano, que obviamente escapan al presente ciclo. Pero tal vez más características, si cabe, del romanticismo, las pequeñas formas, la íntima música para teclado de Chopin y Schumann y la más espectacular de Liszt, la música de cámara y sobre todo los inmortales "lieder" de Schubert y Schumann, Mendelssohn y tantos otros. EL POSROMANTICISMO (1870-1900) Los músicos que aparecen en las últimas décadas del siglo XIX, cargarán todavía la fuerte emotividad romántica, pero buscarán nuevas vías de expresividad. De una parte, la vuelta a los clásicos, a la sonata y a la sinfonía de Beethoven, cuando no a Bach: Brahms, Reger, Bruckner (Mahler será un caso aparte) y Richard Strauss en los países de habla alemana. César Franck, Vincent d'lndy, Camille Saint-Saens en Francia, Elgar en Inglaterra, Tchaikowsky en Rusia. Y en la misma Rusia, músicos que quieren encontrar su lenguaje a través del folclor y la música de sus respectivos países, "los naciona­listas" (sin ninguna otra implicación), en primer lugar "la Kuchka", los cinco: Balakirev, Cui, Borodin, Mussorgsky y Rimsky-Korsakow. Habrá "nacionalismos" en muchos otros países, Smetana y Dvorak en .Bohemia (léase Checoslovaquia), Granados, Pedrelly, Albéniz, Falla y Turina en España, Grieg en Noruega, Sibelius en Finlandia, y casi todos los países latinoamericanos -incluyendo a Colombia­hasta hoy, o poco menos. Dos muy importantes músicos de este siglo Zoltan Kodaly y, sobre todo, Béla Bartók, presentan un enfo­que muy distinto. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL SIGLO XX De la infinita gama de tendencias que ofrece en el terreno musical el siglo XX se han escogido -no tan arbitrariamente- dos aspectos sin duda representativos. De una parte la música francesa, desde luego relacionada con frecuencia con el "impresionismo", con nombres como los de Debussy, Fauré y Ravel y, de otra, una muy ecléctica integrada por un nombre imprescindible en el siglo XX, el ruso cosmopolita lgor Stravinsky, un integrante de la escuela de Schoenberg en Viena, Anton Webern, y el patriarca de los músicos del siglo aún vivos, Olivier Messiaen. MUSICA COLOMBIANA Como colofón del ciclo, una última audición tratará de ofrecer una muestra de la música "culta o erudita" colombiana, que incluirá ejemplos de música coral de la Colonia, del riquísimo archivo de la Catedral de Bogotá, y obras para piano y grupos de cámara de compositores colombianos. Hernando Caro Mendoza Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. JAIRO PENA - Clarinetista - Colombia Nació en Bogotá. Estudió en el Conservatorio de la Universidad Nacional de Colombia con los profesores Solón Garcés y Roberto Mantilla. En 1971 participó en un curso de Música de Cámara para Quinteto de Vientos realizado en Buenos Aires (Argentina). Durante varios años formó parte del "Quinteto de Vientos Bogotá" y del "Conjunto Colombiano de Música Contemporánea". Con este grupo asistió a un seminario dictado por el compositor y pianista Lucas Foss; con él interpretó una obra en el concierto efectuado en la Sala Tayrona del Centro Colombo-Americano. En varias ocasiones ha sido solista de la Orquesta Sinfónica de Colombia, de la Orquesta Sinfónica del Valle y de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Colombia. Ha tocado en las principales salas de conciertos del país, en la Radio Nacional y Televisara Nacional. Actualmente es primer clarinete de la Orquesta Sinfónica de Colombia. MARIO DIAZ MENDOZA - Violinista - Colombia Nació en Bogotá en 1957. Inició estudios de violín con su padre Ernesto Díaz, en el Conservatorio de la Universidad Nacional de Bogotá. También tuvo como profesores a Carlos Villa, Frank Preuss y al violinista cubano Angel Reyes, con este último durante un curso en lnterlochen (Michigan, Estados Unidos) en 1974. Siendo violinista de la Orquesta Sinfónica de Colombia ganó por concurso una beca de Colcultura para realizar estudios de perfec­cionamiento en el Instituto Peabody de Baltimore de 1981 a 1982 y allí recibió clases de Daniel Heifetz y Barl Senowsky. En los últimos años estudió con el violinista búlgaro Valentín Stefanov. Fue miembro de la "Camerata Bogotá" y del "Cuarteto Arcos" con el cual asistió a un curso de música de cámara en la Academia Chigiana de Siena y realizó una gira de conciertos por Italia. Ha tocado como solista con la Orquesta Sinfónica de Colombia y con la Orquesta Si.nfónica Juvenil de Colombia de la cual fue concertino durante varios años. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ERNESTO DIAZ MENDOZA- Violoncellista- Colombia Nació en Bogotá en 1956. Estudió en el Conservatorio de la Univer­sidad Nacional con los profesores Ludwig Matzenawer, Bonnie Mangold y Susan Maclntosh; últimamente con el maestro Sviatoslav Manolov. Fue miembro del nuevo Cuarteto Bogotá. En la actualidad es cellista y director asistente de la Orquesta Sinfó­nica Juvenil de Colombia con la cual ha tocado como solista en varias oportunidades. HELVIA MENDOZA- Pianista- Colombia Nació en Cartagena. Inició sus estudios musicales a muy temprana edad en la Escuela de Música de su ciudad natal con la profesora Josefina de Sanctis. Posteriormente estudió con la profesora Lucía Pérez en el Conservatorio de Música de la Universidad Nacional de Bogotá en donde obtuvo el diploma de Pianista. Posteriormente estudió con Olav Roots y Harold Martina. Realizó un curso de perfeccionamiento en la Academia Chigiana de Siena (Italia). Ha dado recitales en las principales salas de conciertos en Colom­bia y ha tocado en numerosas ocasiones como solista de las siguientes orquestas: Sinfónica de Colombia, Filarmónica de Bogotá, Sinfónica Juvenil de Colombia, Sinfónica de Antioquia y Sinfónica del Valle. En el campo de la música de 9ámara se destaca notable­mente por sus frecuentes actuaciones con diferentes instrumentis­tas y conjuntos sobresaliendo su actuación con el Quinteto de Vientos de Nueva York, en Bogotá. Por invitación de la División de Música de la Unión Panamericana, tocó en la ciudad de Washington en el año de 1970. Recientemente tocó en Londres invitada por la Sociedad Cultural Latinoamericana. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. PROGRAMA XII El Post-Romanticismo: Música de Cámara L atina en Sol mayor, Opus 100 para violín y piano Allegro risoluto Larghetto Scherzo-Molto vivace Final-Al legro L " reludio, coral y fuga Helvia Mendoza, piano , o en La menor, Opus 114 para clarinete, violoncello y piano Allegro Adagio Andantino grazioso Al legro Antonin Dvorak ( 1841-1904) César Franck (1822-1890) Johannes Brahms (1833-1897) Bogotá, 10 de junio de 1990 .----------f'ol~ oV 1 CONCIERTO No. 3(1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. NOTAS AL PROGRAMA Antonin Dvorak (Nelahozeves 1841- Praga 1904), es considerado actualmente como el músico que representa el movimiento naciona­lista checo. Oriundo de una familia aldeana, fue orientado en música por su maestro de escuela. A los ocho años comenzó a tocar en la orquesta del pueblo, a los 12 se convirtió en maestro de coro en Zlonitz y desde ese año inició sus estudios de composición. Cuando contaba con 16 años viajó a Praga para estudiar órgano, y, a la edad de 21 ingresó como vi o lista de la orquesta de la ópera de esa ciudad; en ese momento podemos ubicar el comienzo de su vida profesional. Ese mismo año, 1852, compuso su primera ópera, Alfred, en idioma alemán, y se vinculó al movimiento autonomista checo; su himno patriótico "Los herederos de la montaña blanca" fue su primer éxito como compositor. Solicitó ayuda económica del estado austríaco y para merecerla envió algunas de sus composiciones a Viena. El jurado, compuesto por E. Hanslick, Herbeck, director de la Opera y J. Brahms, le otorgó una beca por varios años. La amistad cultivada desde entonces por Brahms y Dvorak proyectó la imagen del checo por todo el mundo. Viajó nueve veces a Inglaterra; en 1891 aceptó una invitación para ser profesor en Nueva York y dirigió el Conservatorio de esa ciudad entre 1892 y 1894. Operas, sinfonías, danzas eslavas, cuartetos, sonatas, son algunos de sus géneros preferidos. Aunque Dvorak no utilizó directamente la música folclórica en sus composiciones, trató de expresar el espíritu de su pueblo y a pesar de haber elegido temas nacionales, la influencia de Liszt y de Wag­ner sobre su música le granjeó la desaprobación de los nacionalis­tas extremos. Su sonatina para violín y piano Opus 100 está fechada en 1894. En sus páginas aparecen claramente elementos tomados de la ;-r¡úsica popular, especialmente de danzas como el furiant y la dumka. El "santo jovial" César Franck (Lieja 1822- París 1890), como algunas otras figuras de la historia musical fue obligado por su padre a convertirse en un virtuoso del piano. En 1837 fue admitido en el Conservatorio de París donde obtuvo un "gran premio de honor" . En 1843 terminó su primera composición, el oratorio Ruth, que no tuvo ningún éxito. En 1851 ya era reconocido como un hábil organista; en 1858 fue nombrado en Santa Clotilde, iglesia que poseía el mejor órgano de París. Franck fue famoso por sus improvisaciones; se cuenta que Liszt luego de escucharle comentó: "Ha sido como escuchar a J. S. Bach improvisando al órgano". Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. La música para piano de Franck fue compuesta en dos períodos: el primero se caracterizó por las piezas virtuosísticas (hoy completa­mente olvidadas); el segundo, iniciado cuando el maestro contaba con cincuenta años, produjo dos de las más hermosas obras para piano compuestas en Francia, el "Preludio coral y fuga" de 1884 y "Preludio aria y final" de 1886-1887. "Preludio coral y fuga", es una ampliación del díptico bachiano "Preludio y fuga"; el coral actúa en la pieza como un gran interludio. Franck concibió la obra según los modelos que ofrecían las últimas sonatas de Beethoven y algunas de las grandes obras de Liszt. En una época en la cual la música francesa para piano se limitaba a divertimentos anodinos y superficiales, esta obra se impuso por su sinceridad, rigor, belleza y profundidad. Johannes Brahms (Hamburgo 1833- Viena 1897). Desde muy niño inició sus estudios musicales aprendiendo a tocar violín, cello, trompa y piano, instrumento este último en el cual sus rápidos progresos muy pronto le permitieron presentarse como acompa­ñante de su padre en bailes y más tarde trabajar como pianista en una taberna. En 1850 inició una carrera como pianista acompañante, primero con Eduard Remenyi y luego con Joseph Joachim, ambos violinistas. Gracias a Joachim, Brahms entró en contacto con Liszt y Schu­mann, quien lo presentó al mundo como "un artista a cuya cuna dieron guardia las Gracias y los Héroes". Con excepción del Trío en Mi bemol, Opus 40 para violín, trompa y piano, todas las obras de cámara para vientos de Brahms utilizan el clarinete. El inspirador fue el célebre instrumentista Richard Mühlfeld, de Meiningen; Brahms lo conoció en 1891 y ese mismo año le com­puso su trío en La menor, Opus 114; la obra, muy contrapu ntística, ha sido calificada de poco lírica salvo en su movimiento Andantino. Durante el mismo año de 1891 y para el mismo artista, Brahms compuso su Quinteto Opus 115 en Si menor. Tres años más tarde escribiría sus famosas dos sonatas Opus 120 para clarinete y piano. Martha Enna Rodríguez Melo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 11111111111~1111111100111111~ 111~1111111111 .11 1111 11111 111111111 001111~ 11111111111111111111111 BANCO DE LA REPUBLICA Departamen to Ed 1t0 r1al Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia