¿Se puede tener un futuro?: Imaginarios del porvenir en contextos de precariedad y violencia

The future can be conceived as a social imaginary that condenses and mobilizes a large number of beliefs, aspirations, fears, images, as well as individual and collective values. Although there are hegemonic future imaginaries, mediatized (expressed in films and series, or novels, but also in advertising), there are social imaginaries that stem from concrete realities, from experiences, and assumption or learning of values and attitudes. The imaginary of the future that surrounds a group of environmentalists is not the same as the one that is consolidated from the perspective of entrepreneurs, or politicians; it’s not the same if it is developed in societies with high socioeconomic levels than in precarious, poor and insecure environments. In the case of some young people from the municipality of Chimalhuacán, State of Mexico, through a focus group and conceptual maps, traces and elements of an imaginary of the future were found that expresses fears and concerns related to their context, and not to a distant imagined scenario. Values linked to modernity and development prevail, and the responsibility of the person for his/her own future becomes relevant. In this context of precariousness and violence, the possibilities of building life projects with freedom are reduced and the imagination is limited. The desired future is one in which professionals (educated and with a job) improve their lives and that of their community. It would seem then that this is the future that they can be "had".El futuro puede ser concebido como un imaginario social que condensa y moviliza una gran cantidad de creencias, aspiraciones, temores, imágenes, así como valores individuales y colectivos. Si bien existen imaginarios del futuro hegemónicos, mediatizados (expresados en películas y series, en novelas, pero también en publicidad), también se construyen a partir de realidades concretas, de experiencias, de asunción o aprendizaje de valores y actitudes. No es lo mismo el imaginario del futuro que circunda un grupo de académicos ambientalistas, que aquel que se consolida desde la perspectiva de empresarios, o de políticos; si se gesta en sociedades con altos niveles socioeconómicos que en entornos precarios, pobres e inseguros. En el caso de algunos jóvenes del municipio de Chimalhuacán, Estado de México, a través de un grupo focal y de mapas conceptuales, se encontraron rasgos y elementos de un imaginario del futuro que expresa temores y preocupaciones ligados a su contexto, y no a un escenario lejano y ajeno a su realidad. Prevalecen valores ligados a la modernidad y el desarrollo, y se le da peso a la responsabilidad de la propia persona por su porvenir. En este contexto de precariedad y de violencia se reducen las posibilidades de construir proyectos de vida con libertad y se limita la imaginación. El futuro deseado es aquel en que los profesionistas (educados y con trabajo) mejoren su vida y la de su comunidad. Parecería entonces que ese es el futuro que se puede “tener”