La cultura, pieza clave para avanzar en la inclusión en los centros educativos

La implementación de una educación inclusiva puede llegar a ser un camino difícil y desigual. Supone un proceso dirigido a descubrir los beneficios de la diversidad, adoptando actitudes y respuestas positivas y de comprensión de la diferencia de raza, clase social, origen étnico, religión, género y capacidades. Este proceso va más allá del aula o incluso de la escuela, es un proceso ecológico, donde la base es una cultura sustentada en unos valores que dirijan las políticas y prácticas tanto educativas como sociales. Por ello, a la hora de hablar de inclusión debe abordarse la cultura organizativa y educativa, entendiéndose ésta tanto a nivel de centro educativo como de comunidad; una cultura sustentada por unos principios ejes de la acción. En otras palabras, una respuesta positiva a la diversidad depende de una cultura y valores inclusivos, que promuevan políticas y prácticas inclusivas, lo que redundará en mejoras en los centros educativos. Se emplea como metodología un análisis documental a partir de una revision en profundidad de la literatura. Se analiza el impacto que tienen en el centro determinados aspectos relacionados con una cultura inclusiva compartida. Se trata de proponer un modelo de centro educativo en el que la cultura, junto con los valores y el poder de la comunidad impulse la inclusion como una forma de ser y hacer organización. El artículo discute sobre un modelo de centro en el que todos sus miembros tienen una visión compartida y una definición común sobre su propio modelo de inclusión