Imagen social de la pedagogía

En este número de la Revista Boletín Redipe se avanza en la dinámica indagativa en torno a la pedagogía. El autor de la comunicación editorial IMAGEN SOCIAL DE LA PEDAGOGÍA (DISCIPLINA CIENTÍFICA Y CARRERA) es el prestigioso pedagogo español José Manuel Touriñán, catedrático investigador de la Universidad de Santiago de Compostela y miembro del Comité de Calidad de Redipe. A lo largo de su artículo sintoniza, con claridad expositiva y argumentativa, la relación lógica que tiene en cuenta la subsistencia entre la calidad de la educación y la imagen social de la Pedagogía, y sobre todo lo que se llama la Pedagogía como Pedagogía como carrera y como disciplina en orden de abordar con rigor lógico la relación en referencia. El hecho de que en determinado caso no requiere calidad de educación, ni niega su carácter de necesidad social, ni prueba que refute la fundamentación lógica de la imagen social de la Pedagogía en la calidad de educación. Más bien es una prueba de que la función pedagógica no es ajena a las circunstancias socio-históricas y, por consiguiente, no puede desarrollarse en todas las sociedades con el mismo régimen de libertades y con el mismo grado de eficiencia.En este número de la Revista Boletín Redipe se avanza en la dinámica indagativa en torno a la pedagogía. El autor de la comunicación editorial IMAGEN SOCIAL DE LA PEDAGOGÍA (DISCIPLINA CIENTÍFICA Y CARRERA) es el prestigioso pedagogo español José Manuel Touriñán, catedrático investigador de la Universidad de Santiago de Compostela y miembro del Comité de Calidad Redipe. A lo largo de su artículo sintoniza, con claridad expositiva y argumentativa, la relación lógica que en su percepción subsiste entre calidad de educación e imagen social de la Pedagogía, y sobre todo su llamado para que reconozcamos la necesidad de aceptar la diferencia entre Pedagogía como carrera y como disciplina en orden de abordar con rigor lógico la relación en referencia. El hecho de que en determinados casos no se demande calidad de educación, no niega su carácter de necesidad social, ni es prueba que refute la fundamentación lógica de la imagen social de la Pedagogía en la calidad de educación. Más bien es prueba de que la función pedagógica no es ajena a las circunstancias socio-históricas y, por consiguiente, no puede desarrollarse en todas las sociedades con el mismo régimen de libertades y con el mismo grado de eficiencia