La autoformación de Edith Stein: buscando una piedra angular

Edith Stein has a very dissimilar personal development in comparison with her contemporaries, and this is the answer to an inner process which has to be read between the lines of her intellectual production. The key of everything cannot be seen with the naked eye: they are her crises. Her identity changes: Jewish, agnostic, atheist, phenomenologist, convert and carmelite, being something usual of her biographical profile;however, they give an answer to some of her reality which is not so clear. What phenomenology meant for this author and the maturity of her own stages, clarifying herself with Judaism, modernism, rationalism, psychologism and modern tendencies which she encountered against what she had learnt at home, to her inner state and the fact of not having any worldview, this is a complete intellectual and vital achievement. The "steinian" awakening to the ontology from the 'pure I', which made her be sorrowfully separate from her great master Edmund Husserl, in spite of the huge intellectual and personal appreciation that she had for him, denotes that in Stein what is highlighted the most is the fact of living in order to reach the truth above all and this happens due to her especial personality, a vocational philosopher. For that reason, her works are so valuable, because there is nothing in them that the author herself did not seal with the true value.Edith Stein tiene una trayectoria personal muy dispar de la de sus coetáneos y esto responde a un proceso interior que hay que leer entre líneas de su producción intelectual. La clave de todo no está a simple vista: son sus crisis. Sus cambios de identidad: judía, agnóstica, atea, fenomenóloga, conversa y carmelita, que son todo un clásico de su perfil biográfico; responden, sin embargo, a una realidad de ella que no es evidente. Lo que significó la fenomenología para esta autora y el vencimiento de sus propios estados, de aclararse con el judaísmo, modernismo, racionalismo, psicologismo y las corrientes modernas con las que se topó frente a lo aprendido en casa, a su propio estado interior y a no tener ninguna cosmovisión, es todo un logro de esfuerzo intelectual y vital. El despertar steiniano a la ontología desde el "yo puro" que le hizo separarse dolorosamente de su gran maestro Edmund Husserl, a pesar de la estima intelectual y personal que le tenía, denotan que en Stein lo que más destaca es vivir para alcanzar la verdad por encima de todo y esto se debe a su particular modo de ser, una filósofa vocacional. Por eso sus obras son de una gran valía, porque no hay nada en ellas que la propia autora no sellara con el valor veritativo