Desde hace unos años, el cineasta norteamericano Woody Allen está dedicando sus narraciones a diferentes ciudades europeas. En la mayoría de ellas el referente urbano ya hace acto de presencia en los propios títulos comenzando en España con Vicky, Cristina, Barcelona (2008), continuando en el país vecino a través de Midnight in Paris (2011) y culminando en 'la bota' con A Roma con amor (2012). En este artículo se analiza el segundo de los largometrajes tomando como referencia el diálogo pasado-presente en el que se sustenta, y que revela cómo el realizador, además de presentar a los iconos parisinos por excelencia, siempre identificables y localizables, también cede tiempo de expresión a esos otros espacios menos conocidos en términos turís...