Crónica

En siete escasas páginas, Rubén Darío publicó esta interesante «Crónica», en el número 5 de marzo de 1892 de la Revista de Costa Rica. La dirigía el ilustre poeta costarricense, y amigo suyo, Justo A. Facio. Figura entre las páginas 317 y 323. A punto de cumplirse el centenario de la muerte del gran poeta hispanoamericano, en 2016, letras incluye este documento que su autor seguramente escribió en Costa Rica, durante su breve visita de aquel año. En varios de sus es- critos, Darío siempre expresó su afecto y simpatía por el país vecino de su patria natal; aquí forjó buenas amistades, y los historiadores de la literatura no tienen duda de que su presencia, física e intelectual, influyó mucho en el desarrollo de las letras costarricenses. Esta «crónica» bien puede tomarse como un verdadero cuadro de costumbres, modalidad que se cultivó con frecuencia y esmero en Centroamérica, en especial durante el último cuarto del siglo XIX. Darío era un joven escritor de veinticinco años, pero ya era dueño de una pluma diestra de un innegable talento que muy pronto se le reconocería en todo el Continente. Ya había publicado tres breves libros de poemas, incluido su célebre Azul... y estaba escribiendo y reuniendo las páginas que titularía, años después, Prosas profanas. Está por cumplirse un siglo desde la desaparición física del poeta centroamericano que tanto influyó en las letras hispanoamericanas y peninsulares, y que tanta bibliografía crítica ha producido. Como homenaje al centenario, letras contribuye con este pequeño hallazgo bibliográfico, un poco olvidado quizá, sobre un fragmento de la vida y la sociedad de finales del siglo XIX en Costa Rica. Sherry E. Gapper Director