Los servicios de Prensa extranjera en el primer franquismo (1936-1945)

One of the key objectives of the "propaganda war" is to lead individuals to adopt an idea or making such act that are free to comply or not, to do or not do, and usually without the propaganda did not adopt. It proposes to "capture" the subject to a cause whose acceptance is not imposed on their evidence. If this "evidence" is supported by the invaluable collaboration of terror and repression, is deductible by the individual acceptance is not a problem, otherwise it would be at stake his own life. This scheme is valid for domestic propaganda, because the State has in these cases the means for controlling and monitoring the population on its borders hosts. The problem becomes when you have to "induce" other nations to take sides on a voluntary basis without the help of a coercive power, for ideals that are foreign and often objectionable. Franco's side, although not at first considered the defense of their thesis abroad as a pressing need to continue the war realized that action had to add weapons persuasive and legitimizing effect of machinery propaganda. Thus, during the Civil War and the Second World War, the Franco regime, under the state-created diplomatic delegations and offices numerous press and propaganda abroad, seeking political and cultural influence in those countries where they were located. In addition, all intended to combat the Republican propaganda pushed by Europe and America. After completion of the Civil War, the tasks of legitimation and information as a priority followed an intense campaign of Spain's prestige abroad. To achieve such a goal would be used by the Delegations of Press and Propaganda with embassies, consulates and legations, that through the celebration of public events, publication of newspapers and magazines, publication of papers in international media, etc.., Should contribute to show the world the qualities and values that governed New Spain. Moreover, during the time of the Second World War, the Iberian Peninsula became a first-order scenario in which the belligerent (Allies and Axis countries) developed an intense propaganda war. All these issues are discussed in the present investigation.Uno de los objetivos fundamentales de la "propaganda de guerra" es llevar a los individuos a adoptar una idea o a efectuar tal acto que están en libertad de cumplir o no, de hacer o no hacer, y que generalmente sin la propaganda no lo adoptarían. Se propone "captar" a los sujetos a una causa cuya aceptación no se impone a su evidencia. Si esta "evidencia" se ve respaldada por la inestimable colaboración del terror y la represión, es deducible que su aceptación por el individuo no constituya ningún problema, pues de lo contrario estaría en juego su propia existencia. Este esquema es válido para la propaganda interna, pues el Estado dispone en estos casos de los medios necesarios para el control y la supervisión de la población que se acoge bajo sus fronteras. El problema deviene cuando hay que "inducir" a otras naciones a tomar partido de forma voluntaria, sin la ayuda de un poder coercitivo, por unos ideales que le son ajenos y en muchos casos rechazables. El bando franquista, si bien en un principio no consideró la defensa de sus tesis en el exterior como una necesidad apremiante, al prolongarse la guerra cayó en la cuenta que a la acción de las armas había que añadirle el efecto persuasivo y legitimador de la maquinaria propagandística. De esta manera, durante la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, el régimen franquista -al amparo de las representaciones diplomáticas estatales- creó numerosas Delegaciones y Oficinas de Prensa y Propaganda en el exterior, que buscaban influir política y culturalmente en aquellos países donde estaban ubicadas. Además, se pretendía combatir toda propaganda que el gobierno republicano impulsaba por Europa y América. Tras la finalización de la Guerra Civil, a las tareas de legitimación e información le siguió como prioridad una intensa campaña de prestigio de España en el extranjero. Para alcanzar tal meta se utilizarían las Delegaciones de Prensa y Propaganda junto a las Embajadas, Consulados y Legaciones, que a través de la celebración de actos públicos, edición de diarios y revistas, publicación de escritos en medios informativos internacionales, etc., deberían contribuir a mostrar ante el mundo las cualidades y valores que regían a la Nueva España. Además, durante el tiempo de la Segunda Guerra Mundial, la Península Ibérica se convirtió en un escenario de primer orden en el que las potencias beligerantes (Aliados y países del Eje) desarrollaron una intensa guerra de propagandas. Todos estos temas son analizados en la presente investigación