La inmigración de origen extranjero en Tenerife

La inmigración de origen extranjero en Canarias destaca por su multidimensionalidad en las últimas cuatro décadas del siglo XX. La amplificación del fenómeno en la etapa reciente, que se produce esencialmente en las islas de economía más dinámica y abierta al exterior, como es el caso de Tenerife, ha repercutido en la modificación del modelo migratorio regional, en el que ahora son predominantes los movimientos de llegada. Sin embargo, todos los que se instalan no son realmente extranjeros, ya que, más de la mitad de los residentes que en 1991 declararon haber nacido en otros paises, están relacionados de alguna manera con la emigracion canaria (acompañamiento del retorno); el resto de inmigrantes se establece en el Archipiélago por motivos empresariales, laborales y residenciales, siendo creciente la repercusión de la afluencia de tipo irregular. La evolución reciente de la inmigración de origen extranjero en Tenerife pone de manifiesto tres aspectos fundamentales: la intensificación del fenómeno, la diversificación de los flujos, a causa de la aparición de nuevas corrientes de distinta procedencia que las tradicionales, hecho que aumenta la heterogeneidad del contingente instalado, y como consecuencia de las circunstancias anteriores y la extensión o generalización de la afluencia extranjera al conjunto de la geografia insular, aunque continúa siendo importante el proceso de concentración de las llegadas en la capital y su ámbito de influencia, el Valle de la Orotava y el sector Sur-Suroeste. Las transformaciones económicas que ha experimentado la isla desde el decenio de 1960 constituyen la causa fundamental del creciente asentamiento y actividad de los individuos nacidos en el extranjero, por lo que Tenerife se ha convertido en uno de los espacios de inmigración más importantes a escala nacional