Toda actividad humana se encuentra atravesada por una multiplicidad de representaciones que la condicionan y significan. No existe actividad en el ser humano que sea absolutamente natural, ni siquiera un acto necesario para el sostenimiento de la vida como es la alimentación. En efecto, el acto de alimentarse, entiéndase por ello tanto el beber como el comer, es un acto culturizado, penetrado por la cultura que transforma los elementos provenientes de la naturaleza. De esta manera, quien come y lo que se come dan siempre un mensaje a la sociedad. Por ello, cuando se conformó la representación del noble europeo bajomedieval la literatura le asignó determinados rituales alimentarios en el festín en los que el vino y otras bebidas, junto con ...