Las estaciones hechas música. Orquesta de Cámara Acordanza

Concierto didáctico presentado por La Orquesta de Cámara Acordanza, en el que se interpretan “Las cuatro estaciones” de Antonio Vivaldi (1678-1741). Acordanza fue fundada en febrero de 2008 por su director artístico Leonardo Federico Hoyos, quien reunió a los jóvenes músicos talentosos que la integran, todos estudiantes de la Universidad Juan N. Corpas. Esta joven orquesta tiene el reto y firme propósito de exponer la música de cámara como una disciplina artística al más alto nivel y con proyección nacional e internacional. Su repertorio abarca el conocido como "clásico" hasta obras de compositores latinoamericanos.Las estaciones hechas música Concierto didáctico ORQUESTA DE CA" MARA ACORDANZA (Colombia) Leonardo Federico Hoyos, dirección y violín solista Viernes 27 de marzo de 2009 • 10:00 a.m. SALA DE CONCIERTOS BANCO DE LA REPÚBLICA BIBLIOTE CA LUIS ÁNGEL A RANGO Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ¿Por qué es importante guardar silencio en una sala de conciertos? La música es un arte en el que intervienen muchas personas: el compositor, los intérpretes y el público. Este último es participante fmal en el proceso, a veces largo, y otras veces corto, de creación y puesta en escena de una obra musical. Como todo sabemos, existen muchas clases de música y cada una se escucha de una manera diferente. En un concierto de rock, por ejemplo, el público salta, canta y baila con el intérprete que está en el escenario. Gene­ralmente, estos conciertos son en espacios grandes e inclusive, al aire libre. También conocemos otros ritmos alegres con los cuales nos ponemos de pie y bailamos tan pronto los escuchamos, y otros que podemos apreciar mientras realizamos otras actividades. Los concietios sinfónicos o de cámara se llevan a cabo en una sala de conciertos. En ellos, los intérpretes necesitan concentración y cualquier ruido extraño acaba con ella. En este tipo de conciertos los asistentes pueden disfrutar plenamente de la experiencia de oír la música en vivo si siguen cada nota del discurso musical, y esto sólo se puede lograr si hay silencio. El si lencio nos pemlitirá, al igual que a los intérpretes y demás integrantes del público, dejarnos envolver por la maraviUosa magia de la música. 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 2 Una ventana al pasado: la historia detrás de la música. Una ciudad, un pueblo y su Música*. Del mismo modo que Argos poseía cien ojos, aquí sería menester tener cien oídos. Burney Venecia siempre fascinó y desconce11ó a los viajeros. No hay más que ver, todavía hoy, el entusiasmo de quienes se impregnan en la fastuosi­dad de los palacios y las igle­sias, en el pintoresquismo subyugante de los canales, los puentes y los campi, y en esa atmósfera aparentemente inalterada desde hace siglos, mientras otros tienen dificultades para superar el cliché del hormi­gueo de los turistas, del deterioro de las fachadas y de los hedores cenagosos de esos mismos canales. Hace ya siglos que, a propó­sito de los mismos lugares, se ha dicho todo y su contrario. No hay más que fijarse en las palabras dedicadas al Gran Canal, desde Commynes en el siglo XV ("Creo que es la avenida más hermosa del mundo") hasta Régis Debray ("La única cloaca en el mundo que proporcIOna al papanatas la ebriedad de un crucero en las Marquesas"). No creemos que las cosas hayan sido menos categóricas para los visitantes de los siglos XVI I Y xvm. Entonces resultaba fascinante la singularidad del emplazamiento lacustre de Venecia, pero se admitían sus incomodidades. Se envidiaba la aparente liberalidad de costumbres de los venecianos, su acentuada vocación por la Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. fiesta y todo tipo de placeres, sin aprobar enteramente el relaja­miento de este pueblo que no creía ni en Dios ni en la razón, hacía burla y se reía de todo lo pasado, lo presente y lo futuro . Se admiraba la estabilidad de esta República patricia, en apariencia fuerte e inmutable, pero la omnipresente policía, las denuncias y las ejecuciones secretas inspiraban desconfianza. Y para todos, Venecia seguía constituyendo un motivo de fascinación y un misterio: geográfico, político y artístico. Entre todas las páginas que pudieron escribirse sobre Venecia en la época barroca, la música representa uno de los principales temas de interés y de admiración. Mucho antes que las demás artes, y en igualdad con la vida política o religiosa de la Serenísima, la música no dejó de llamar la atención de los viajeros, incluso de los menos interesados en ella. Pues Venecia, a lo largo de todo el siglo xvn, se convirtió en un faro para Emopa por la reputación de sus teatros de ópera, que empezaron a abrirse al público popular a partir de 1637, y por el prodigioso desalTollo de su música instrumental, a comienzos del siglo XVIII. Pero alill más que su repertorio, lo que 3 fascinaba a los visitantes de cualquier índole era la imbricación, tan rara en Europa, de la vida musical con la vida social. Pocas ciudades asocian hasta tal punto un género artístico como la música y el tejido social en su integridad, desde los más modestos gondoleros hasta los venecianos más cultivados. La música se encuentra por todas partes: en las ceremonias y las fiestas religiosas, tan abundantes en aquellos tiempos, en el teatro, en las casas de caridad, en los conciertos privados y, sobre todo, en la calle, donde muchos extranjeros pretendían haber descubierto, inopinadamente, a los mejores músicos y las mejores serenatas que fuera dado escuchar. La edad dc oro de la escuela veneciana se había dado con mucha anterioridad a la época que nos interesa: desde la llegada del flamenco Adrian Willaert, en 1507, quien convirtió la capilla de San Marcos en una de las más brillantes de Emopa, hasta la muerte del afamado Claudio Monteverdi, en 1643 , Venecia disfrutó de un periodo de florecimiento. Luego, con el papel de capital indiscuti- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 4 ble de la ópera que desempeñó durante el siglo XVII y las esplén­didas producciones instrumentales de Marcello, Albinoni o Vivaldi, a comienzos del siglo XVIII, el arte musical y la población veneciana siguieron fusionándose en una sorprendente alquimia que dejó perplejos a los extranjeros de paso: "El frenesí de la nación por este arte es inconcebible", señaló Charles de Brosses. Los Ospedali o la gloria musical de los más humildes* La pasión generalizada por la música, desde las capas más populares hasta]a sociedad más cultivada, produjo en Venecia una de las más nobles experiencias educativas de la Europa barroca. Cieliamente, la caridad hacia los más desheredados (huérfanos, enfermos, mendigos ... ) se practicaba ya en muchos lugares y desde mucho tiempo atrás. Pero Venecia dio a sus Ospedali (hospitales, orfanatos) una dimensión musical que valoró profundamente a una población marginada por el nacimiento y las vicisitudes de la vida. A lo largo de su historia, la ciudad vio abrir cuatro Ospedali destinados a la acogida y la educación de los más necesitados. El más antiguo, que se remonta al siglo XIII, era San Lazzaro del Mendicanti (San Lázaro de los Mendigos), reservado a los por­dioseros, leprosos y enfermos sin diagnosticar, así como a toda clase de inválidos, ancianos e indigentes. Santa Maria della Pieta fue fundada en 1346 en beneficio de huérfanas y niñas abandona­das. El Ospedale degl 'Incurabill databa de los años 1520- 1522 y tenía como primitiva misión el cuidado de los sifilicos. Por último, en 1527-1528 apareció Santi Giovanni e Paolo del Derel ltti (San Juan y San Pablo de los Desamparados), comúnmente llamado después el Ospedaletto, y consagrado desde su origen a proporcionar alivio a la población en época de grandes penurias. La Pieta no se distingue solamente de los otros tres Ospedali por ser la "casa" de Vivaldi, sino también porque gozaba de un prestigio particular: poseía el mayor número de pensionistas. Sólo mujeres, desde las jóvenes huérfanas hasta las damas de edad avanzada, pertenecían a esta comunidad de lID millar de personas situada en la Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Riva, a unos 200 m del Palacio Ducal. Las niñas abandonadas por sus padres se depositaban en un nicho abierto en el muro exterior: algunas llegaban a ser adoptadas por campesinos de tierra finne, pero la mayoría se quedaban en el Ospedale. Vivaldi fue maestro de violín y director de la orquesta de músicas de la Pieta; fue, pues, principalmente para sus alumnas, aunque también por encargo privado y para diversas publicaciones, para quienes Vivaldi compuso sus cerca de 500 conciertos y sinfonías para cuerdas y continuo, a los cuales hay que añadir 90 sonatas y las célebres cuatro estaciones. * Nota tomada del libro La Venecia de Viva/di (2002) de Patrick Barbier, pp. 15-17 Y adaptación del capítulo TIl, pp. 69-98. No. topográfico del libro para consulta en laBLAA: 927.8V49bl. 5 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 6 PROGRAMA ANTONIO VIVALDI (1678-1741 ) Las cuatro estaciones: Concierto en Mi mayor "La primavera", Op.8 No.l, RV 269: AlIegro Largo AlIegro Concierto en Sol menor "El verano ", Op.8 No.2, RV 315: AlIegro non malta Adagio e piano - Presto e jorte Presto Concierto in Fa mayor "El Otoño ", Op.8 No.3, RV 293: Allegro Adagio AlIegro Concierto in Fa menor "El invierno ", Op.8 No. 4, RV 297: A Ilegro non malta Largo Allegro CONCIERTO No. 10 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. NOTAS AL PROGRAMA Mike Allsen * El veneciano Antonio Vivaldi, apodado il prete rosso (el cura rojo), fue el más prolífico e influyente compositor italiano de su genera­ción. Compuso obras para cada género musical de la época: más de 500 conciertos, dos docenas de óperas, cientos de obras de cámara y numerosas piezas sacras en latín han sobrevivido al paso del tiempo. A pesar de haber pasado la mayor parte de su vida en Venecia, Vivaldi siempre mantuvo relaciones de negocios con dife­rentes mecenas alrededor de Europa. Al igual que sus óperas, la mayoria de sus obras fueron escritas para ser interpretadas en el Pío Hospédale de la Pieta, un orfanato de niñas en Venecia yen el cual el compositor trabajó durante gran parte de su vida. Por esa época, la enseñanza musical jugaba un papel preponderante en los cuatro orfanatos que había en dicha ciudad, sin embargo el coro y la orquesta de la Pietá debieron destacarse sobre los demás al juzgar por la gran cantidad de obras virtuosas que escribió Vivaldi para ellas. Los conciertos fueron escritos para ser interpretados por las mismas estudiantes (como 10 demuestra una serie de conciertos para fagot escritos para una joven excepcionalmente talentosa) o por músicos profesionales asociados al orfanato. Los conciertos para violín - más de 230 en su totalidad- fueron escritos para que el compositor mismo se luciera, pues éste fue uno de los más grandes virtuosos de su instrumento: el violín. Los conciertos de Vivaldi tuvieron una gran difusión por toda Europa y fueron imitados por muchos de sus contemporáneos como Bach, Handel y Telemann. Incluso algunos conciertos de Bach son elaboraciones o arreglos de conciertos de Vivaldi. A pesar de que muchos de sus conciertos circularon por Europa en forma de manuscritos, il prete rosso también logró publicar varias de sus obras en imprenta gracias a la ayuda de varios cola­boradores en Ámsterdam (Holanda). Los conciertos del opus 8 fueron publicados en 1725 y se les dio el sugestivo título de lf 7 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 8 cimento dell'armornía e dell'inventione (la batalla entre la ar­monía y la invención), y fueron dedicados por Vivaldi a un mecenas checo llamado Wenzel von Morzin. Los primeros cuatro conciertos de esta colección son conocidos como Las cuatro estaciones y a cada uno se le dio un título descriptivo: la primavera, el verano, el otoño y el invierno. Las obras de carácter programáticos, las cuales siguen los sentimientos y efectos que sugiere un texto o pro­grama, no eran ajenas a Vivaldi, pero en las estaciones el compo­sitor va un paso mas allá al publicar una serie de sonetos, probable­mente escritos por él mismo, que describen el contenido extramusical de cada una de las piezas. Incluso, para que nadie se pierda un solo detalle, en cada soneto Vivaldi también da claras especificaciones sobre el carácter de cada movimiento. A pesar de que fueron publicados en 1725, es bastante probable que los conciertos de las cuatro estaciones hubieran sido escritos diez años antes. En el prefacio de II Cimento, Vivaldi escribe en una pomposa carta de dedicatoria al conde Morzin lo siguiente: Alteza, no se sorprenda si entre estos pocos y humildes conciertos, Su Ilustre Señoría encuen­tra "Las cuatro estaciones ", las cuales desde hace tanto tiempo han gozado de aprecio. Pienso que ya es apropiado publicarlas y, a pesar de que sigan siendo las mismas, he adicionado aparte los sonetos, una clara explicación de todo lo que se esconde en ellas. De esta manera le pa­recerán renovadas. Paul Everett, en una publicación de 1996, afuma sobre los conciertos que a mediados de la segunda década del siglo XVIII, el composi­tor desarrolló un particular interés en la idea del concierto "programático" y, por ello, compuso los conciertos que conforman el opus 8. Después de ya haberlos compartido con su patrón Bohemio, decidió publicarlos para un público más amplio hacia 1720. Sin embargo, por problemas que aún se desconocen, apenas aparecieron en imprenta cinco años más tarde. Esto explica el cierto carácter de disculpa que tiene la carta del prefacio. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Las cuatro estaciones fueron un éxito inmediato. Fueron conocidas en Alemania e InglatelTa, donde los conciertos eran interpretados ante un público amplio; y en Francia, donde el rey Luis XV y otros miembros de la corte real participaron en el montaje de La Primavera. Hoy en día La cuatro estaciones gozan de un éxito grandilocuente --es indiscutiblemente la pieza barroca más conocida, a excepción del Mesías de Handel- y siguen siendo la obra más representativa de Vi val di. Desde su primera apruición discográfica oculTida en 1942 han sido grabadas más de 200 veces. Aparte de las impactan tes imágenes que sugieren los sonetos, la música de estos conciertos presenta el típico estilo vivaldiano al contraponer el violín solista ante lilla orquesta de cámara. La mayoría de los conciertos son a la usanza balToca de tres movimientos: uno rápido, el segundo de tempo lento y reflexivo y el tercero brioso y enérgico. Por un lado los movimientos rápidos presentan la característica alternación entre ritornellos (pasajes interpretados por la orquesta) y virtuosas intervenciones del solista, mientras que los movimientos lentos tienen un carácter más vocal y lírico, 9 claramente influido por la ópera italiana. Sin embargo, es ante todo el maravilloso elemento programático el que hace tan atractivas a estas piezas. Concierto en Mi mayor "La primavera", Op.8 No. 1, RV 269 Indudablemente el más conocido de la tan afamada serie. El primer concierto inicia con un ritornello que anuncia la llegada de la diosa de la primavera -de hecho Vivaldi reutilizó posteriormente esta música en una ópera, en la cual sirve como fondo para la llegada de otra diosa- o La primera intervención del solista imita el canto de las aves por medio de virtuosos giros melódicos en el registro agudo del violín. Los siguientes episodios representan la tormenta y el murnlUllo de los riachuelos. El segundo movimiento, Largo, contiene algunos de los pasajes mas evocadores de toda la obra, la orquesta describe el renacer de la vegetación mientras que la viola imita al pelTO de un pastor que ladra insistentemente mientras el violín toca una apasionada melodía. El tercer movimiento, Allegro, muestra una Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 10 clara naturaleza pastoral, en la cual las notas largas interpretadas por los instrumentos bajos imitan las gaitas que acompañan una danza campesina que se intercala con algunos pasajes virtuosos de dos violines solistas. Concierto en Sol menor "El verano", Op.8 No.2, RV 315 El segundo concielto busca evocar un caluroso verano en el nOlte de Italia. De una manera poco característica, este concierto inicia con un ritornello lento, aunque el tempo se acelera con algunos pasajes turbulentos del violín solista. Los pájaros vuelven a cantar, pero la alegría de la primavera está ausente. Al final, el violín asume el papel de un pastor que llora al ver el potencial destructivo del clima. El segundo movimiento es claramente un aria operática, un lamento del violín acompañado por las cuerdas que crean una atmósfera fantasmagórica. En el último movimiento se desata una tormenta con rayos y truenos incluidos. Concierto en Fa mayor "El otoño," Op.8 No.3, RV 293 Después de los desastres naturales del verano, en el otoño vuelve el optimismo, y el primer movimiento retrata la fiesta de la recolección de la cosecha. Los rápidos y graciosos pasajes solistas representa a los campesinos que han bebido demasiado del "licor de Baco" (o Dionisio, el dios del vino según la mitología griega) y se tropiezan unos con otros hasta caer dormidos; y así la música cambia de carácter asemejándose a una canción de cuna. Sin embargo su siesta es interrumpida por un breve episodio de danza. Vivaldi llamó al segundo movimiento "el sueño de los borrachos", una serie de acordes cromáticos le permiten a los instrumentos del continuo generar el mayor interés melódico. En el tercer movimiento Vivaldi vuelve a demostrar su vena programática al máximo: todo el contenido del soneto, desde los cornos del cazador y los perros hasta la presa aterrorizada, aparecen retratados en la música. Concierto en Fa menor "El invierno", Op.8 No.4, RV 297 Las temblorosas líneas del violín al inicio del invierno introducen el ambiente sonoro que se mantendrá durante todo el primer Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. movimiento. Los pasajes virtuosos del solista están inspirados en el gél ido viento invernal. Por el contrario, el segundo movimiento es el retrato de un día de invierno visto desde el calor y la comodidad del hogar: una hermosa melodía acompañada por las cuerdas sugiere el crujir de las brasas en la chimenea. El último movimiento parece haber sido concebido por Vivaldi como un fragmento de una comedia llena de pon'azos: el correr por el hielo, caerse en su trasero y patinar hasta que éste se parte. El ultimo verso del soneto es bastante apropiado para toda la obra: "Este es el invierno, pero que alegría nos trae!" *Notas al programa tomadas de la página web de la Orquesta Sinfónica de Madison: http://facstafT.uww.edulallsenj/MSO/NOTES/060717.Mar07.html (consultada el 10-03-09) Traducción al castellano: Stefan Haas Sonetos LA PRIMAVERA Allegro La pri mavera ha llegado. De contento las aves la saludan con su canto ¡'estIvO y las fuentes, al son de l \ lento, con dulce murmurar fluyen en tanto. LI CIe lo cubre con su negro manto truenos, rayos, hera ldos de su ud\ Icnto, y aca llándo los luego las a\cs tornan de nuevo a su encantador canto. Largo y así sobn: el flOrido y ameno prado. entre plan tas} verdor murmurante. duernle el pastor al lado de su fid perro. Alle¡:ro De pastora l )'ampoña al son chIspean te. danL3n nin fa y pastor baJO el techo brillante de pr im ave ra. EL VERA o Allegro nOIl I/IOlfO BaJo la dura estac Ión del sol languidecc el pastor y s u rebaño, arde el pi no; se escucha la VOL del cucú > de pronto responden la tórto la y el jilguero a l trino. Sopla la brISa dulcemente , de súbito fuertes \ lentos de l norte los arras tra, solloza el p'l'itnr porque aún cernIdo teme a la fiera borrasca} su desllno Adagio e piallo - Pre.\fo e forre El mIedo por los brillan tes y fieros trucnos. las aVIspas y moscas, que en trope l fUriOSO. rondan. borran de ellos su in tención de descansar. Pre~fo Sus miedos por dt:sgracla son certeros. Truena y re lampaguea e l CIclo de mancra 1 maj estuosa, cortando esp igas y granos a lta neros. 1 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 12 EL OTOÑO AlIegro Celebra el a ldeano con bailes y cantos de la fe l iz cosecha su bienestar, y del licor de Baco abusan tantos que termina en el sueño su gran festiv idad. Adagio Deben todos tocar bailes y cantos; el ai re da templado bienestar, y la estación invita a todos de un dulc ísimo sueño a bien gozar. AlIegro Al alba el cazador sa le a la caza, con cuernos, perros y fusi l se prepa ra; huyendo corre la fie ra, aterrada, asustada y cansada por el estruendo del arma y los perros. Herida y amenazada, harta de hui r, vencida ya, Illuere. EL INVIERNO AlIegro non molto Temblar he lado entre la nieve, al severo soplar del penetrante viento, correr go lpeando el pie cada momento; trinar del frío los dientes y las eneias. Largo Pasar al fuego placidamen te qui etos días. Illientras la ll uvia afuera arrecia. Allegro Cami namos sobre hielo a paso le nto por temor a caer sin energías. Fuerte andar, resba lar, caer a tierra , de nuevo levantarse sobre el hie lo, ir a zancadas hasta que el hi elo se quiebre en la porfía. Sentir el frío y torrencia l viento traspasar e l hogar, a través de puertas bloqueadas y cerradas ... Este es el invierno, ¡pero que alegría nos trae! Los instrumentos y su historia. Durante gran parte de la historia de la música, el repertorio vocal fue mucho más importante que la músi