Durante los años ’50, una serie de intervenciones de diverso tipo afirmaron con perplejidad variable que la realidad del público argentino y la figura misma del lector se habían vuelto un misterio. Más que la obsolescencia de un saber exacto, lo que indican estos textos es la caída de un presupuesto de transparencia: la vocación del lector y las motivaciones del acto de lectura, protegidas de su propia realidad multiforme por la hegemonía del discurso humanista, emergían a primer plano en la expansión omnívora de la industria cultural y las transformaciones sociales de la década peronista (19546-55). Centrado en el análisis de la Sociología del público argentinode Adolfo ...