El presente artículo se propone llamar la atención sobre las similitudes que unen la literatura del absurdo y el género fantástico, planteando la posibilidad de que exista una colindancia entre ambos. Tal colindancia estaría determinada, entre otros aspectos, por su análoga impugnación de la idea establecida de realidad; por su problematización del lenguaje en cuanto medio capaz de designar el mundo; por su intentio de generar sobre el lector un efecto concreto (inquietud, angustia, «miedo metafísico»); y por una remarcable coincidencia semántica. Desde este ángulo crítico se interrogarán, entre otros, algunos textos de Kafka, Cortázar, Beckett y Boris Vian