Para abordar el tratamiento de lo religioso en la escuela conviene partir de dos precauciones. La primera, relativa a la oportunidad del momento, la segunda, al posicionamiento a favor o en contra de la Iglesia católica, que pueda asociarse al modo cómo se trate el tema. En relación con la primera, la relevancia del tema hace que aparezca como inoportuno casi siempre. Incluso, en algunos casos, hay quien se resiste a abordado con profundidad, por temor a nuevos debates, que signifiquen una invitación a la presencia de las iglesias en la escuela. Nada más lejano de nuestra intención ni de nuestra voluntad. Nuestro planteamiento se sitúa en el marco más genérico del cómo abordar la educación cívica, la educación en valores y la educación m...