Boecio distingue un conocimiento dirigido a los objetos de la razón (inteligibles) de un conocimiento que refiere a los objetos del pensamiento puro (intelectibles). Esta diferenciación conlleva una modalidad del saber entendido como amor a Dios, en la medida en que, por una parte, todo ente busca el bien como finalidad ontológica, y, por otra, Boecio identifica la unidad de Dios con la verdad y el bien trascendentales. El conocimiento innato de Dios, que es el intelectible por excelencia, coincide con la tendencia natural orientada al origen en el cual es posible encontrar la felicidad y beatitud perfectas. El presente trabajo analiza la propuesta boeciana de los conceptos intelectibles como aporte para una comprensión más amplia de lo...