Se explora el conocimiento de Dios a partir de las creaturas, poniendo en relación el planteamiento de San Agustín en Confessiones (Cont. X, VI, 8-10) y el pensamiento de reconocida raíz agustiniana de San Buenaventura, especialmente en Itinerarium mentis in Deum. Ambos autores, en su diferencia, ven en la contemplación de las creaturas un primer momento del camino del hombre interior hacia Dios, el cual, si bien es parcial e inacabado, es antesala de los pasos siguientes. Primeramente, la perfección y hermosura de lo creado señala hacia su Creador; luego, el hombre interior descubre aspectos de Dios en sus "vestigios" creados como indicios de sus perfecciones invisibles. Así, la creación se manifiesta como un "libro" abierto para el hombre...