¿Un número de Figuraciones dedicado a la crítica? Podría contestarse que nada sería más pertinente. Pero también podría agregarse que, sin embargo, nada podría pensarse como más trabajoso y riesgoso para una revista dedicada a la Teoría y la Crítica de Arte que una tarea como esa. Entre tantas otras cosas y en primer lugar, porque está obligada permanentemente a pensar en la ubicuidad de sus objetos y entonces en su propia, permanente condición metadiscursiva: discurso sobre discursos, para justificar su existencia no puede dejar de autorreferirse y de ofrecerse como eventual motivo de rechazo o legitimación. Y en segundo lugar porque su campo de trabajo está entre los que han pasado a existir en estado de permanente redefinición