Al hablar del desarrollo de mis propias ideas y del proceso seguido en consecuencia por mi pintura, pretendo solo justificar lo que puede entenderse como un estilo o una característica de inquietud cultural, que ha sido y es propia de toda una generación de "hombres de búsquedas", más que de encuentros casuales, a la que podría denominar como "promoción de la esperanza", porque comprende voluntades que analizan, trabajan, piensan, argumentan, y sabe dar luego forma plástica final a los pensamientos, en un orden de planteos profundos, exigentes, siempre respetuosos de la tradición y consecuentes con las demandas de su hora histórica