Iba descalzo y tenía la cabeza rapada. Metió una mano en el bolsillo del pantalón y volvió a contar las monedas sin sacarlas. Puso en la faena unos ojillos desapasionados, sin emoción, mientras la cabeza trabajaba. Para los números no era un lince, tampoco para la lectura, pero sabía contar monedas al mero tacto de los dedos. La vida está que pinta, hermano
Cuando el doctor Parecti terminó de practicar la última costura en el rostro de su paciente, le pidi...
El viento se convertía en murmullo contra las hojas de los cañaverales y contra los techos semipelad...
Te costará trabajo, le dije, rehabilitar esta pobre y abandonada tierra. Mi amigo me miró en silenci...
Iba descalzo y tenía la cabeza rapada. Metió una mano en el bolsillo del pantalón y volvió a contar ...
Estaba sentado, entre el umbral y el patio, pensando en la lluvia. La lluvia, siempre la lluvia.Pero...
Anoche se me apareció una monja, dijo la niña. Anselmo estaba acostado en el catre, leyendo la hoja ...
Quince decenios han pasado de la hora vergonzosa. Por Berruecos sorbió el suelo de América, con avid...
El tren acabó de detenerse y Carlos tomó de sobre la banca su vieja maleta de cuero. Llevando en la ...
Así como el sueño de los hambrientos está poblado de apetitosas viandas, misia Cruzanita Romero vaga...
Como ya terminaron las cotidianas tareas del día, se echaron a la calle aburridos a ver qué pescaban...
Sin ir más lejos, los diarios no podían pasar por alto esas nubes, como las noticias, esfumadas de l...
Un tenue reflejo de luz, se vislumbraba en el segundo piso de una tarde elegante residencia. En el a...
Demasiado terco para percibir el paso del tiempo, Alejandro Obregón ha logrado que su furiosa vitali...
Cuando volvimos de París, donde estuvimos cuatro años, papá volvió con un afán de ir a Tipacoque!, d...
Los tipacoques tienen nombre propio: Siervo Joya, la comadre Santos, don Bauta, Angelito Duarte, Res...
Cuando el doctor Parecti terminó de practicar la última costura en el rostro de su paciente, le pidi...
El viento se convertía en murmullo contra las hojas de los cañaverales y contra los techos semipelad...
Te costará trabajo, le dije, rehabilitar esta pobre y abandonada tierra. Mi amigo me miró en silenci...
Iba descalzo y tenía la cabeza rapada. Metió una mano en el bolsillo del pantalón y volvió a contar ...
Estaba sentado, entre el umbral y el patio, pensando en la lluvia. La lluvia, siempre la lluvia.Pero...
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Te costará trabajo, le dije, rehabilitar esta pobre y abandonada tierra. Mi amigo me miró en silenci...