Estaba sentado, entre el umbral y el patio, pensando en la lluvia. La lluvia, siempre la lluvia.Pero también pensaba en José María, el hermano que se había ido hacia los cerros azules que estaban frente a la casa, dizque, así dijo él, "porque allí llovería y la tierra no debía ser tan seca como la nuestra". El le aconsejó lo contrario, y le dio una esperanza
“A mi tía –dice Ligia Perdomo, una opita de 48 años que trabaja como empleada doméstica en la casa d...
Cuando Ataulfo salió a la calle, libre ya de todas las enfadosas discusiones que lo habían tenido oc...
La mandrágora, junto a sus propiedades mágicas y afrodisíacas, podría quizás llegar a ser la más pur...
Estaba sentado, entre el umbral y el patio, pensando en la lluvia. La lluvia, siempre la lluvia.Pero...
Iba descalzo y tenía la cabeza rapada. Metió una mano en el bolsillo del pantalón y volvió a contar ...
Iba descalzo y tenía la cabeza rapada. Metió una mano en el bolsillo del pantalón y volvió a contar ...
Un tenue reflejo de luz, se vislumbraba en el segundo piso de una tarde elegante residencia. En el a...
Papá escribió sus Memorias infantiles a los 55 años, y a mucha honra, me las dedicó: "A Chispa, el p...
¿Cómo se les ocurre que, aún con la carne doliente y la vergüenza en el pecho, podría mirarles a los...
Ejemplar falto de cubiertaCopia digital. Valladolid : Junta de Castilla y León. Consejería de Cultur...
Así como el sueño de los hambrientos está poblado de apetitosas viandas, misia Cruzanita Romero vaga...
Algo de razón había en lo del punto final que aparentemente puso papá en su obra en vísperas de irse...
Algo de razón había en lo del punto final que aparentemente puso papá en su obra en vísperas de irse...
Cuando Ataulfo salió a la calle, libre ya de todas las enfadosas discusiones que lo habían tenido oc...
Casa que respira. Samuel Jaramillo González. Estoraques Ediciones, Bogotá, 2002, 80 págs
“A mi tía –dice Ligia Perdomo, una opita de 48 años que trabaja como empleada doméstica en la casa d...
Cuando Ataulfo salió a la calle, libre ya de todas las enfadosas discusiones que lo habían tenido oc...
La mandrágora, junto a sus propiedades mágicas y afrodisíacas, podría quizás llegar a ser la más pur...
Estaba sentado, entre el umbral y el patio, pensando en la lluvia. La lluvia, siempre la lluvia.Pero...
Iba descalzo y tenía la cabeza rapada. Metió una mano en el bolsillo del pantalón y volvió a contar ...
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Casa que respira. Samuel Jaramillo González. Estoraques Ediciones, Bogotá, 2002, 80 págs
“A mi tía –dice Ligia Perdomo, una opita de 48 años que trabaja como empleada doméstica en la casa d...
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