Sin duda, la mayoría de los colombianos y de lo colombianistas extranjeros pensarán que el título del presente trabajo es irónico o que con ello el historiador tal vez prepara el escenario para una tentativa de mamagallismo. Esta suposición podría no estar del todo descaminada. Sin embargo quiero aclarar desde un principio que no me parece absurdo considerar a la Colombia contemporánea, en cierto sentido, aún fuera del campo novelístico, como un caso de éxito. Si observamos el panorama latinoamericano, el caso de Colombia, con toda las aflicciones que la aquejan, constituye un éxito en el sentido negativo de haber evitado felizmente mayores males