Es natural que en la creación literaria cada autor asuma un método invariablemente distinto del de otros autores. El proceso de la creación literaria no implica un sistema definido; es individual y, por supuesto, una individualidad jamás podrá ser idéntica a otra, excepto, claro, si se deja de ser individualidad. Aunque se trate de dos o tres autores elaborando la misma ficción (el mismo asunto literario en torno al mismo eje), cualquier estudioso o interesado, sin gran uso de perspicacia, podrá distinguir la mano o estilo de cada autor, su obsesión por determinadas imágenes, incluso palabras, en fin, aspectos ideoliterarios particulares, abstrusos devaneos, características íntimas para adelantar la trama y culminarla