Algo de razón había en lo del punto final que aparentemente puso papá en su obra en vísperas de irse a París, con los tres tomos en que Bedout recoge sus Obras. Por esa época -es decir, a mediado de lo años setentas-, papá de 65, empezó a decir que estaba cansado de escribir. Pero tenía que seguir haciéndolo para "mantener el fogón encendido". Mamá lo sostenía, lo empujaba, lo obligaba: "Tú tienes ese don, tienes que escribir".Entonces reúne los artículos que ha publicado en el periódico recogiendo sus experiencias y les da forma de libro en Yo, el alcalde que publica el Banco de la República en 1972. Con este libro, y Tipacoque de ayer a hoy, que editó Bedout en el 79, cierra el ciclo de Tipacoque. Luego saca alientos para escribir dos nov...