La iglesia, muy interesante en su disposición de planta y alzado, es un ejemplar de verdadera rareza entre los templos antequeranos. Su fachada, toda ella realizada en piedra de sillería, aunque muy deteriorada, organiza tres ejes divididos por un orden gigante de pilastras corintias y coronada de entablamento de fuerte claroscuro. Sobre el ático se superpone una espadaña de ladrillo en forma de tríptico con tres huecos de medio punto, del último tercio del siglo XVIII. Pero lo realmente importante de este templo es su interior. La nave propiamente dicha es un octógono de lados desiguales, conformando un espacio alargado y articulándose con una capilla mayor exagonal; el testero mayor ocupa el camarín de la imagen titular. Fue construida e...