Vista parcial exterior de la fachada

El convento, perfectamente regular, constituye un rectángulo, aunque no es muy grande la diferencia de longitud de los lados mayores con respecto a los menores, en cuyo centro se dispone un gran patio. Se reproduce por tanto el sistema tradicional de los edificios conventuales de contar con un espacio abierto pero reservado dentro de la construcción, si bien en esta ocasión no se trata de un claustro porticado. Por el contrario, se suprime toda referencia a los órdenes y los muros se levantan desde el nivel del suelo hasta el último piso. A este enorme patio se abren ciento veinte ventanas regularmente dispuestas en dos plantas, presentando cada una de ellas once vanos adintelados en los lados más cortos y diecinueve en los más largos. Las ventanas se encuentran enmarcadas por una moldura lisa que permite articular el ritmo monótono de este único elemento con respecto a los de la otra planta. Las dependencias del convento se reparten respecto a este centro. Una galería recorre el perímetro del patio y desde ella se accede a las habitaciones., aunque actualmente la estructura original del trazado se ha visto sensiblemente modificada en algunos tramos por reformas posteriores del edificio. Exteriormente se repite la disposición regular de los vanos que se integran en fachadas muy planas. La manifiesta diferencia de altura que produce el desnivel del terreno hace que el acceso por el lado que da a la actual calle Seco de "Lucena" se realice por medio de una empinada escalera cubierta por una bóveda de medio cañón de igual inclinación