La fachada de la iglesia está realizada en ladrillo, enmarcándose el vano de entrada por pilastras y rematándose con un frontón partido. En el muro de la derecha se abre otra portada, formada por pilastras que sostienen un arco carpanel. El interior de la iglesia es de una sala nave cubierta con bóveda de cañón con lunetos y una pequeña bóveda sobre pechinas en el presbiterio. La bóveda de la nave está decarada con yeserías barrocas en las que aparecen incrustados diversos lienzos. Gran parte del interior de la clausura de este convento se ha convertido en nuestros días en un admirable museo, dispuesto en torno al claustro principal, que es de dos plantas levantadas sobre columnas de mármol blanco. El zócalo del claustro aparece revestido...