Situado a levante de la población, en el Pago de Santa Catalina, carretera de Belicana, sobre terrenos de vega, regados por el cauce de la Cabra, que hubo de desviarse en 1885, para evitar sus efectos sobre el cementerio. De planta irregular debido a las ampliaciones, el recinto original era rectangular, dividido en cuarteles, para sepulturas en suelo y panteones, con nichos perimetrales. El cerramiento está constituido por una tapia seguida enjabelgada, con caballete de cerámica. Se accede desde la carretera por una cancela de metal deployé entre dos cuerpos de dependencias con cubierta plana, (aseos y s. autopsias). Existen algunos panteones notables, como el de Rosales (figurativo) o el de Herrera (1909): cruz de forja sobre pedestal ...