Vista general de la entrada desde el interior

Situado al norte de la ciudad en una suave ladera. De planta irregular debido a las sucesivas ampliaciones, el recinto primitivo, a la izquierda de la entrada actual, cuenta con una primera zona de grandes panteones y un patio donde se distribuyen las sepulturas en el suelo, el cementerio se completa con otras zonas laterales a este primer recinto, ocupadas en su mayoría por pandas de nichos. El cerramiento es variado, según la época de construcción, pero todo él liso y enjabelgado. El acceso se realiza por una explanada exterior a la que abre una cancela reciente, entre edificaciones rectas, también actuales, para almacén, oficina y sala de autopsias. Luego, un compás con la Capilla, que es de traza esquemática con torrecilla truncada y blanqueada. Hay que destacar un grupo de magníficos panteones, casi todos de habitáculo o capilla, pertenecientes a las familias Carazo Ureña, Calabrús, etc.. Comprende el consabido tipo gotizante con cimborrio octogonal, apuntado gablete y potentes pináculos; otros de aire renacentista, recogen los personales rechonchos y la intensidad de dibujo de aquel en la zona, incorporando ángeles, heraldos, guirnaldas, amorcillos, etc, en profusión. Los hay también menores, de busto y remates varios. Y finalmente una generalidad de sepulturas en el suelo, con túmulo de mármol, discretas y densas, que dan un carácter homogéneo y de gran serenidad a la extensa área que ocupan. Data de 1894, la fecha más antigua recogida en una inscripción es 1919