Vista lateral del exterior del albergue

Bajo los peñones de San Francisco, en pleno corazón de Sierra Nevada y casi a 2500 m. sobre el nivel del mar, Prieto-Moreno apuesta de manera rotunda por un edificio racionalista. Esta opción estilística es llevada a cabo hasta sus últimas consecuencias, incluida la cubierta plana, ventilada inferiormente formando un sistema de aprovechamiento energético muy similar al de un iglú, de manera que incluye una cámara ventilada bajo la cubierta, que separa el calor interno del edificio de la primera capa de nieve que, una vez helada, se convierte en un elemento de protección que evita las filtraciones y en un aislante térmico. El edificio, destinado a pernoctaciones de grupos de profesores y alumnos, es un pabellón de dos plantas y doble crujía, con estructura de muros de carga y ampliaciones sobre el proyecto primitivo. Se sitúa aprovechando el buen asoleo y las vistas de la sierra, utilizando la curva de su testero Oeste como elemento más característico