Vista parcial de una de las dependencias conventuales

La llegada de esta orden carmelita a Sanlúcar se decide en Capítulo General celebrado en 1640, pero diversos avatares retrasaron el establecimiento efectivo de la misma en su sección femenina. La perseverancia de Dª Juana Fernández de Córdoba, mujer del Duque Don Gaspar Alonso de Guzmán hizo que se produjera esta nueva fundación sanluqueña. Sufrieron varios traslados en la ciudad hasta que en 1669 se comienza la iglesia actual gracias a la herencia del Obispo Don Diego Riquelme de Quirós, siendo su primer director de obras Fray Juan de San Miguel, aunque sus trazas fueron después modificadas y finalmente abandonadas. El impulso definitivo a las obras lo dará Don Diego de Olmedo y Ormasa, Gobernador de Comayagua, en Honduras. La iglesia se inauguraba el 12 de Octubre de 1675 bajo la advocación de Santa Teresa. El conjunto de iglesia y convento ocupa una parcela rectangular. Su clausura tiene 3 patios que se complementa con el jardín; en el llamado "del claustro del torno", las galerías se forman con arcos de medio punto que apean sobre pilares a los que se adosan pilastras. Entre las dependencias conventuales destacan su austero refectorio con bancos de mampostería y púlpito, así como el locutorio y las celdas de las hermanas, especialmente la celda de la Santa Madre Teresa, que contiene una pintura de la Santa, sentada y en actitud de escribir. Igualmente interesante son las pinturas murales que decoran diferentes espacios interiores del convento, así como los dos coros. Como gran tesoro de la casa se conserva el manuscrito del Cántico Espiritual, de San Juan de la Cruz