Trabajo social y género

El trabajo social es una profesión que históricamente ha estado ligada a las personas socializadas como mujeres, tanto en su definición como en su ejercicio. Con base en la división sexual del trabajo y los roles de género, se conforma una profesión cuyas aptitudes son aquellas que estereotípicamente se asignan al rol femenino. Esto ha ido acompañado de que el ejercicio del trabajo social haya sido y sea mayoritariamente realizado por mujeres. Por otro lado, los principios de la profesión son también, en gran medida, valores propios de los feminismos. El trabajo social se dedica a acompañar procesos que se desarrollan en las vidas de personas muy diversas. A través de su práctica, trata de ajustarse a las especificidades de la población, respondiendo a las necesidades que las personas manifiestan y que, generalmente, se relacionan con la estructura socioeconómica capitalista y patriarcal. Tomar una mirada feminista frente al trabajo social implica tanto la revisión de la historia de la profesión como el empeño de aplicar estos valores, de forma que ello permita avanzar en la despatriarcalización del trabajo social. Esto se extrae de este estudio, en el cual hago un recorrido por las investigaciones de trabajo social que han incluido la perspectiva de género y el feminismo en su elaboración en las últimas tres décadas, de forma que ofrezco una visión de qué cuestiones han llamado la atención de las investigadoras en este ámbito