Durante la segunda mitad del siglo XVI, la fundación de Academias de Bellas Artes en toda Europa fue simultánea a la penetración del pensamiento ilustrado. Aunque dichas instituciones nacían como reflejo de la Academia de París del siglo anterior, asumiendo por tanto desde sus inicios los presupuestos organizativos y doctrinales de aquélla, entre los que se encontraban la planificación y el control del gusto, estas instituciones se convirtieron en centros de debate artístico del que participarían teóricos y artistas. Concibiéndose la creación artística como una actividad intelectual, los artistas no podían limitar su formación y posterior actividad productiva a la simple praxis, pues en tal caso la actividad artística quedaría reducida a un...