Elecciones en México

From the beginning, the Mexican presidential elections were characterized by low punches and dirty-war tactics. Finally, the results announced on July 2 confirmed the worst possible scenario: a marked polarization and a slim margen, less than 1%, between the governing party¿s candidate, Felipe Calderón and the left-wing leader Andrés Manuel López Obrador. In this context of uncertainty and anxiety, López Obrador denounced a fraud and launched a movement of civil resistence whose objectives are out of line with judicial logic. In any event, the prospect of a post-electoral crisis shaking the roots of the incipient democracy complicates the formation of the incoming government.Las elecciones presidenciales en México estuvieron, desde el comienzo, marcadas por los golpes bajos y la guerra sucia. Finalmente, los resultados del 2 de julio confirmaron el peor de los escenarios posibles: una fuerte polarización y una diferencia estrecha, de menos de un punto, entre el candidato del partido de gobierno, Felipe Calderón, y el líder de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador. En ese contexto de incertidumbre y zozobra, López Obrador denunció fraude y lanzó un movimiento de resistencia civil cuyos objetivos no se ajustan a la lógica jurídica. En cualquier caso, la perspectiva es la de una crisis poselectoral que sacude a la incipiente democracia mexicana y complica la formación del próximo gobierno