En prevención de desastres: la ciencia es necasaria pero no es suficiente

La novedosa idea de promover un Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales por parte de las Naciones Unidas durante los años 90 surgió como resultado de la inquietud de científicos y técnicos que sustentaron la necesidad de incentivar el conocimiento a fondo de los peligros o amenazas de la naturaleza. La iniciativa rápidamente se convirtió en un consenso de un amplio grupo de especialistas que se preocuparon, con razón, por las consecuencias de los eventos de 1985 en México, a causa del terremoto del 19 de septiembre, y en Colombia, por la erupción del Volcán Nevado del Ruiz el 13 de noviembre hace veinte años. Con claridad se argumentaba sobre la necesidad de estudiar cuidadosamente los fenómenos naturales; la importancia de realizar mapas de amenaza que orientaran la reglamentación de usos del suelo, la instalación de sistemas de alerta para aviso oportuno a la población y la evaluación de la vulnerabilidad física del hábitat urbano. Todas, actividades y aspectos que en el caso del suceso del Volcán Nevado del Ruiz, se afirmaba, no se habían realizado y que, según los técnicos, fueron la causa del desastre