Se estudia la creación y puesta en funcionamiento de la segunda fábrica de algodón que, después de la de Bonaplata de Barcelona, instaló la máquina de vapor. Radicó en Sevilla y trabajaban en ella 250 personas. En los primeros meses de la regencia de María Cristina, el Gobierno se comprometió -mediante escritura pública- a entregar a los propietarios de la fábrica algo más de un millón de reales cuando funcionara a pleno rendimiento. Los fabricantes, sin haber cumplido todavía todas las cláusulas del contrato, solicitarán un anticipo a cuenta al Gobierno. Se analiza el expediente que con tal motivo se incoa en el Ministerio de interior. En el trabajo también se estudia la cuestión obrera durante el reinado de Isabel II