El trabajo se define por generar vida social en la materia y está presente en toda actividad de la vida social, bien sea en las producciones (de cuerpos, de objetos o de su mantenimiento) o en las prácticas político-ideológicas. La arqueología puede identificar espacios de uso social donde mujeres y/u hombres realizaron diversos tipos de trabajos. Cuando estos espacios (lugares sociales) ofrecen recurrencias de actividades se denominan unidades domésticas. En ellas son habituales prácticas de consumo, pero también de trabajo. La segregación de trabajo y consumo permite detectar grupos de hombres y/o mujeres dentro de las unidades domésticas. Con ello resulta posible reconocer situaciones de reparto desequilibrado del trabajo doméstico, que ...