Desde nuestra posición, bastión de seguridad y absolutas certezas, observamos otras culturas. Sus tradiciones, creencias, ritos, organización social y forma de organizar el mundo que les rodea y en que se desenvuelven nos resultan absolutamente ajenas y difíciles de comprender. Cada cultura mira a las demás con la seguridad de estar en lo correcto, viendo en esas otras sociedades actitudes enajenadas carentes de lógica y, en ocasiones, de humanidad. Si rasgamos el cendal que cubre esas interpretaciones ajenas de la realidad nos encontramos con los codificadores culturales, alguno de ellos con base biológica, que habilitan la "humanización del mundo". Estos moduladores permiten al Homo sapiens aprehender la realidad circundante y transforma...